lunes, 9 de febrero de 2009

Flannery O'Connor, Writing Short Stories. Parte 2.


Esta es la segunda parte del ensayo Writing Short Stories, de Flannery O'Connor. El ensayo vio sus primeras luces en la forma de una charla, en una conferencia de escritores del Sur, en 1957. Fue publicado en 1969 en el libro Mystery and Manners.

La nota final incluye una digresión prescindible y varias citas interesantes que recomiendo leer. No es tan larga la nota como parece, pues siempre que he traducido algún pasaje he incluido también la versión en inglés. Ahí es donde se ve que nadie sabe qué quiso decir Henry James cuando introdujo el término weak specifications, o que, al menos, cada cual ajusta el significado del término a sus necesidades.



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Writing Short Stories (II)

La ficción opera a través de los sentidos, y me parece que si algunos encuentran tan difícil escribir cuentos, es porque suelen olvidarse de la mucha paciencia y del mucho tiempo que son necesarios para que la persuasión opere a través de los sentidos. No habrá ningún lector que sin experimentar, que sin sentir verdaderamente el cuento, crea lo que el escritor meramente le está contando. La primera y más obvia característica de la ficción es que trafica con realidades, a través de lo que puede ser visto, ser oído, olido, gustado y tocado.

Ahora bien, esto es algo que no puede aprenderse solo de memoria, tiene que aprenderse a través del hábito. Tiene que convertirse en la forma en que uno habitualmente mire las cosas. El escritor de ficción tiene que comprender que no puede crear compasión con compasión, ni emoción con emoción, o ideas con ideas. El escritor debe proporcionar una sustancia a todas esas cosas; tiene que crear un mundo que tenga peso y extensión.

He notado que los cuentos de escritores principiantes están saturados de emoción, pero generalmente es difícil determinar a quién pertenece esa emoción. Los diálogos avanzan sin el auxilio de personajes que pueda uno realmente ver, y desde cada rincón del cuento se derraman los conceptos. Lo que ocurre con frecuencia es que el novato sólo está interesado en sus ideas y emociones, y no en la acción dramática, y es o muy indolente o muy pretencioso para descender al nivel en donde opera la ficción [1].
[1] Escritores primerizos y vanidosos: «Tal vez porque me gustan los libros de memorias, quiero escribir uno, pero en cuanto me pongo a recordar, me pregunto ¿a quién voy a divertir con esto? […] Parece inevitable que mi libro consista en descripciones de estados de ánimo, como los cuentos que me traen escritores primerizos y vanidosos. . . », (Adolfo Bioy Casares, Trío.)

El riesgo del novelista: Las ideas generales son el riesgo del novelista. No es imposible que el epíteto sobre; lo cierto es que los ejecutores más gloriosos de la novela —Cervantes, Defoe, Conrad, Dostoievski, Flaubert— parecen haber sido más observadores que pensadores, más enamorados de lo concreto que algebristas y músicos de lo general. (J. L. Borges, en "Textos Recobrados 1931-1955", La vuelta de Martín Fierro, 1935.)

Piensa el novato que el juicio se encuentra en un lugar y las impresiones sensoriales en otro. Pero para el escritor de ficción, el juicio debe partir de los detalles que ve y de la manera en que los ve.

Los escritores de ficción que no se preocupan por los detalles concretos son culpables de lo que Henry James llamó especificación débil[2]. El ojo del lector resbala sobre las palabras mientras su atención dormita. Ford Madox Ford ha enseñado que si en un cuento un hombre solamente aparece para vender un periódico, no se lo habrá hecho figurar lo suficiente si no ha sido con el detalle necesario para que el lector pueda vislumbrarlo.

Tengo un amigo que está tomando clases de actuación en Nueva York, con una dama rusa que es, supuestamente, muy buena preparando actores. Mi amigo me escribió que durante el primer mes no recitaron una sola línea, simplemente aprendieron a ver. Ahora bien, aprender a ver es la base para aprender todas las artes, excepto la música. Conozco muchos escritores de ficción que pintan, pero no porque sean buenos pintando sino porque los ayuda a escribir. Los fuerza a mirar las cosas. El asunto en la escritura de ficción rara vez pasa por enunciar cosas. El asunto es mostrar cosas [3].
[3] Henry James, culpable de faltar a este precepto: Viernes 8 de mayo [de 1959] Le pregunto de qué habla The Sacred Fount de Henry James. BORGES: «Para averiguar quién es la amante de un hombre, en un party, aplican el siguiente método: como el hombre se ha convertido, de tonto que era, en ingenioso, buscan una mujer inteligente que esté entonteciéndose […] James no da ninguna prueba del ingenio del señor en cuestión; le basta con decir que es ingenioso.» (Bioy Casares, Borges)
Sin embargo, al decir que la ficción procede por el uso de detalles, no me refiero a la simple y mecánica acumulación de detalles. El detalle tiene que estar controlado por algún propósito general, y cada detalle tiene que estar al servicio del escritor. El Arte es selectivo. Lo que hay es esencial y crea movimiento. (Continuará.)


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Notas (donde el blogger sigue hablando pero el lector ya se fue):

[2] Henry James usa el término weak specification (especificación débil, pobre, endeble) en un contexto diferente del de Flannery O’Connor, y probablemente, también, con un sentido algo diferente. La expresión weak specification aparece en un prólogo. Dice James, refiriéndose al modo en que escribió The Turn of the Screw [=Otra Vuelta de Tuerca]

Me dije que bastaba con hacer lo suficientemente intensa la impresión general que el lector tuviera del mal –empresa siempre gratificante–, para que su propia experiencia, su propia imaginación, su propia simpatía (con los niños) y horror (a sus falsos amigos) le proporcionaran todos los detalles que pudiera necesitar. Hágase al lector pensar el mal, hágase que piense en él por sí mismo, y se librará uno de especificaciones débiles.
«Only make the reader’s general vision of evil intense enough, I said to myself – and that already is a charming job – and his own experience, his own imagination, his own sympathy (with the children) and horror (of their false friends) will supply him quite sufficiently with all the particulars. Make him think the evil, make him think it for himself, and you are released from weak specifications». Henry James, Preface to volume 12 of the New York edition. [Link a la versión en inglés.]
James estaba muy orgulloso del éxito de su trampa, donde, según él, los lectores habían caído con generosidad ejemplar:
«El resultado de esta trampa fue convencer, a toda clase de lectores, de que él [Henry James] había escrito viles obscenidades. Pero cuando los lectores volvían a mirar el texto, no podían encontrar allí ninguno de esos supuestos ataques al decoro. Así, James se las arregló para bajar la guardia de los lectores con la intensidad de su ficción, y para mantenerlos sujetos una vez que empezaran a contribuir con sus propias reacciones. Estas reacciones exponían las imágenes más recónditamente ocultas en los lectores, a la vez que libraban a James de la necesidad de toda especificación débil». Robin Hope, In Darkest James, Reviewing Impressionism, 1900-1905, pág. 255. [En google books.]
Y lo mismo observan Bioy Casares y Borges al comparar lo explícitamente desagradable de algunos cuentos de Kipling con el desagrado implícito de la novela de James, cuyos detalles van por cuenta del lector. El que habla al comienzo es Bioy Casares:
Lunes, 20 de junio [de 1960]. […] Le digo [a Borges] que cuentos de Kipling, como «The Wish House» y acaso «Unprofessional», me parecen, aunque dignos de admiración, desagradables. Los comparamos con The Turn of the Screw. BORGES: «Este argumento quizá tenga cosas horribles, tal vez sea una historia morbosa y atroz, pero visualmente todo en el cuento es lindo. Indudablemente, para el lector hay aquí una gran diferencia.» (Adolfo Bioy Casares, Borges.)
Si he sido extenso en lo anterior ha sido para hacer más evidente que James, en el contexto en que usa la expresión weak specifications, defiende antes que condena la omisión de detalles concretos. Convenía a James, en Otra Vuelta de Tuerca, ser poco concreto para sugerir la idea del mal. La pregunta natural es si eso le convenía por la propia naturaleza del efecto que quería conseguir o porque era ése el camino más sencillo para eludir las dificultades de una especificación detallada.

Podría pensarse, en principio, que lo que James quiso decir es que si uno puede ingeniárselas para conseguir un efecto sin necesidad de ser explícito en los detalles ni en las especificaciones, se evita uno el riesgo de introducir especificaciones débiles. Eso no estaría tan reñido con la cita de O'Connor, pues para los dos autores weak specifications sería la misma cosa: especificaciones que tendrían el atributo de ser débiles, así como podrían tener el de ser sólidas o fuertes.

Sin embargo, yo creo que el sentido original del término weak specifications es otro, mucho más enfrentado al sentido con que O'Connor lo usa al citarlo. Si lo que James quería era eludir el riesgo de caer en especificaciones débiles, eso era tanto como reconocer su propia incapacidad como artista para lograr "especificaciones sólidas", algo que es difícil de creer que James estuviera dispuesto ha admitir, aun de este modo tácito, donde no tenía que fingir ninguna modestia. La única salida es reconocer que James no quería caer en "especificaciones débiles", no porque las de otro tipo le fueran inalcanzables o trabajosas, sino porque no existían para él las que no fueran débiles. Para inspirar la idea del mal, James debía obviar toda especificación, porque toda especificación era inevitablemente débil, por su propio carácter y no por torpeza o impericia del artista*. En español esta diferencia de significado, que depende del valor del adjetivo "débil", puede conseguirse mediante una simple trasposición, diciendo, en lugar de "especificaciones débiles", "débiles especificaciones".
*Esta idea, que fue lo que me movió a buscar todas las fuentes involucradas, la encuentro finalmente en un artículo de Borges, incluido en "Textos Recobrados 1931-1955": «Henry James [...] ha observado en el prólogo de The turn of the screw que para sugerir el mal hay que eludir las especificaciones concretas, que inevitablemente son débiles [...]» (La última invención de Hugh Walpole, Diario La Nación, 10 de enero de 1943.)
Todo esto referido al efecto muy puntual de crear cierta sensación de horror en el lector, no tanto al efecto general de lograr una sensación de realidad a lo largo de todo el cuento. La cita de Ford Madox Ford no deja dudas a que O’Connor sólo estaba refiriéndose a esa segunda cuestión, la cuestión de reproducir lo real con lo escrito. O'Connor no era tan perversa como para torcer el sentido de lo que James quiso decir con weak specification, en donde el adjetivo "débil" tiene tanto valor intrínseco como el que en la expresión "hombre humano" tiene la palabra "humano". Es decir, ninguno, el de algo que puede darse por sobreentendido. El pasaje de James que absuelve a O'Connor completamente de tales sospechas aparece en el ensayo «The Art of the Fiction»:
Lejos estoy de intentar minimizar la importancia de la exactitud, de la verdad en los detalles. Uno puede hablar mejor acerca de sus propias preferencias, y por lo tanto puedo aventurarme a decir que el aire de realidad (solidez de especificación) es para mí la suprema virtud de una novela, el mérito del que todos los otros méritos […] tan sumisa e indefensamente dependen. Si aquella no está ahí, entonces todos estos no son nada; y si estos están, deben su efecto al éxito con el que el autor ha producido la ilusión de vida. El ejercicio de este éxito, el estudio de este exquisito proceso, conforma, en mi opinión, el principio y el fin del arte del novelista.

I am far from intending by this to minimise the importance of exactness—of truth of detail. One can speak best from one’s own taste, and I may therefore venture to say that the air of reality (solidity of specification) seems to me to be the supreme virtue of a novel—the merit on which all its other merits […] helplessly and submissively depend. If it be not there, they are all as nothing, and if these be there, they owe their effect to the success with which the author has produced the illusion of life. The cultivation of this success, the study of this exquisite process, form, to my taste, the beginning and the end of the art of the novelist.
(El énfasis es mío.) De manera que lo que O'Connor debió haber dicho, para no confundir a sus comentadores, es que los escritores que no se preocupan por los detalles concretos son culpables de "falta de solidez de especificación”. Uno puede, naturalmente, decir que "falta de solidez" equivale a debilidad, y transformar la frase en culpables de "especificación débil". Y puede decir luego que Henry James condenaba tal cosa. Pero entonces se le está dando al término "especificación débil" un significado que no corresponde al que le dio James originalmente. En inglés la confusión es más grave, porque no existe la alternativa que en español hay entre "especificación débil" y "débil especificación", y la ambigüedad sobrevive.

Todo el mundo repite en internet (y en los libros, he visto) la cita de O’Connor citándolo a James como si la cita fuese literal y estuviera en contexto. Comprendo que es el trabajo que me dio encontrar todas las referencias lo que me llevó a un apasionamiento enfermizo por algo que difícilmente interese a nadie más. Si hago todo este escándalo es porque «I took pains» buscando las fuentes, guiado por ese engañoso weak specification. [Volver arriba.]





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Páginas de la versión en inglés de Writing Short Stories para este post.



*La foto del encabezado es de la granja de O'Connor, tomada de Southern Spaces. La foto del salón de clases es de Shorpy.com.

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